En la escuela, por ejemplo, la educación física resulta ser una materia más, como el resto, sujeta a una evaluación y a través de la cual, la escuela, buscará que el alumno, además de sus capacidades intelectuales, pueda desarrollar a la par, las corporales, sociales y motoras, también imprescindibles para su efectivo desarrollo como persona.
La práctica de algún deporte, especialmente aquellos que se juegan de manera colectiva como el fútbol, el básquet, el voleibol, entre los más destacados y populares, son excelentes alternativas para que el alumno aprenda a trabajar en grupo, fomente relaciones interpersonales, desarrolle sentimientos de pertenencia y ejercite la convivencia, entre otros beneficios que sumarán por supuesto en su desarrollo social.

La educación física es aquella disciplina que abarca todo lo relacionado con el uso del cuerpo humano, ayudando a la formación integral de cada ser humano.
Para el logro de estas metas se vale de ciertas fuentes y medios que, dependiendo de su enfoque, ha variado su concepción y énfasis con el tiempo. Sin embargo, lo que es incuestionable, son las aportaciones que la práctica de la educación física ofrece a la sociedad: contribuye al cuidado y preservación de la salud, al fomento de la tolerancia y el respeto de los derechos humanos, la ocupación del tiempo libre, impulsa una vida activa en contra del sedentarismo, etc. Los medios utilizados son el juego motor, la iniciación deportiva, el deporte educativo, la recreación, etc. La tendencia actual en educación física es el desarrollo de competencias que permitan la mejor adaptabilidad posible a situaciones cambiantes en el medio y la realidad.
