
El análisis del concepto de estilo de vida y de los factores que influyen en él, ha llevado a la coexistencia de por lo menos dos conceptos que implican maneras diferentes de actuar. En primer lugar refiriéndose a la libre elección de conductas; en el que las acciones deben ir encaminadas a evitar hábitos no saludables, recayendo así la total responsabilidad sobre el individuo.
En segundo lugar sosteniendo que la salud depende de una forma general de vida, determinada por la interrelación entre unas condiciones de vida y unos patrones de conducta que a su vez dependen de características socioeducativas y personales.
El estilo de vida saludable es un conjunto de patrones de conductas relacionados con la salud y el deporte, determinado por las elecciones que hacen las personas de las opciones disponibles acorde con las oportunidades que les ofrece su propia vida.
De esta forma, el estilo de vida puede entenderse como una conducta relacionada con la salud de carácter consistente (como la práctica habitual de actividades físicas), que está posibilitada o limitada por la situación social de una persona y sus condiciones de vida.

Con ello se busca una puerta de salida que no implique el fraccionamiento empírico de la realidad en pequeños comportamientos; pero si que permita una aproximación a sus formas específicas de manifestación en la realidad, el propósito en última instancia es el de buscar mejoras para que los deportistas sean más exitosos a lo largo de toda su vida.
Por otra parte, entendiendo el deporte en diferentes formas este puede ser disfrutado de dos maneras ya sea en forma pasiva como espectador o de forma activa, como practicante. En cuanto a este último se distingue 3 tipos de práctica: deportista elite, federado y aficionado.
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